Escribí esto el día que pensé que te estaba perdiendo. Que mis muchos intentos por retenerte eran en vano. Ese día me di cuenta que la vida se me estaba rompiendo a pedacitos, y no por tu ausencia, sino por la mía. Me estaba perdiendo, y eso era más importante que me dejaras de querer.
No, yo no quería que me salvaras, que le dieras más sentido a mi existencia. Ni entonces, ni ahora, ni nunca. Sigo pensando que el único amor que puede sanarte y salvarte es el propio.
Yo no quería ser salvada, quería ser querida de a poco, incluso en esos momentos en los que yo no lo hacía. Que me quisieran con todo el desastre que era y no sintieran la necesidad de ordenarme.
No me salves porque no sabes cuántas veces más volveré a ser lágrimas. No me salves porque el futuro es cuestión de suerte y no de amor. No me salves, no hace falta.
El día que me levante será porque lo decidí y tuve las fuerzas, no porque tu mano extendida me prometa cargar con todas mis culpas.
No quiero que me salves, solo quiero que me quieras. ¿Cuántas veces más tengo que perder a alguien para ganarme a mí? Y no es pregunta retórica, quiero que alguien me dé una respuesta. Ansío una.
Ilustración: Gala Middo |
Sé que hay muchas con complejo de princesa, quienes
esperan un amor de cuento que las saque de sus propias vidas. Pero yo aprendí
que eso solo nos alivia por un rato, por un momento y después, las heridas
vuelven a abrirse y no hay quien las cure (más que tú).
Entonces te dejé pasar porque no me imagino una existencia más triste que esperar que otro libre mis batallas. No es que estés mal, es que yo soy la que debo sentirme bien con eso.
Perdóname la franqueza, las lágrimas y esta historia
a medio escribir. Yo no sé dónde empieza la vida ni dónde estaré mañana. Yo no
sé si tú me ibas a querer a diario, pero sí que yo lo hago todos los días.
@MassielVargasP / @Paginfinitas
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