Todo es silencio desde que tus labios no pronuncian mi nombre. Desde que
decidiste huir de todo, hasta de mí.
Supongo que no fue sencillo recoger tus sueños y marcharte. Resumir tu
vida a unas pocas maletas y dejar a quienes, ansiabas llevar siempre contigo.
Yo sé que para ti también fue duro. Pero te fuiste y no me diste tiempo
de llorarte, ni siquiera tuve oportunidad de despedirme. Preferí resignarme a creer
que el mundo es redondo, y que de alguna forma volveré a encontrarte, a
re-encontrarte.
Las despedidas son aún más duras cuando no quieres decir adiós, cuando
pospones el llanto para un momento menos incómodo.
Yo no quiero que los kilómetros le ganen a esta necesidad de abrazarte a
diario. No quiero pensar en el olvido, o en el acostumbrarme a la idea de
vivirte en lejanía. Pero tengo que entenderlo, te fuiste buscando un mejor
futuro, del que ya no soy protagonista.
El avión despegó y un vacío inmenso se instaló en mi pecho, en mis días,
en mi vida. Te fuiste y ya no me queda duda de que nada podrá ser como antes...
aunque todos digan que es posible, la distancia más grande no es solo la
física.
Sí, es verdad. Hablamos todos los días pero los silencios al teléfono se
hacen cada vez más largos. Y esta espera... no quiero despedirme otra vez, pero
te siento tan ajeno ahora. Tengo grietas en el alma, esas que aunque no se vean
siempre duelen más.
Me dueles de tantas formas que ni siquiera puedo explicarlo con
palabras. Extrañarte se está volviendo la peor de las torturas y el país se me
ha vuelto una cárcel - sin ti-.
Siento que dentro de todas las cosas maravillosas que te esperan, ya yo
no encajo. Es como si mi amor le pusiera freno a tu vuelo... y no quiero cargar
con la responsabilidad de cortar tus alas en nombre de mis sentimientos.
Nos separan horarios, millas, mares e incluso los sueños que un día nos
hicieron coincidir.
Y no sé quién es más valiente, ni qué es más difícil. Irse y quedarse se
escriben en una misma oración, en un lugar donde la vida es letra muerta.
Todo se trata de elegir. Tú decidiste. Y yo solo puedo decir que has
sido los puntos de todos mis finales y las sangrías de todos mis comienzos.
Pero no sé en qué momento dejé de ser paisaje para convertirme en (tu) abismo.
Solo puedo decir que de ahora en adelante te
esperaré en cada aeropuerto. Que serás esperanza y nunca resignación.
Massiel Vargas Pantaleon / @MassielVargasP
A veces en esa distancia se aprecia más el valor de las personas y uno se puede dar cuenta que aunque se intenta huir de algo/alguien, nunca se podrá huir de un sentimiento arraigado un corazón. Excelente escrito.
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