jueves, 20 de octubre de 2016

Mi versión

Ahora no te puedo ver aunque te tenga en frente todos-los-días. Escucho tu voz pero ya no me hablas. Estamos sin estar, lejanos, como dos extraños con una historia compartida. Esta es mi versión.

Hay tanto valor en quedarse como en dejar ir. Lo entendí cuando en lugar de sostener mi mano, extendías la tuya para decirme adiós.

Lo hubiera dado todo por sentir tus labios en los míos, por concederme la oportunidad de quererte más allá de todos mis miedos. Pero ya me conoces, el amor es el peor de todos ellos y ni siquiera por ti me atreví a enfrentarlo.

Me gustas, sí. Me gustas tanto que no puedo recordar en qué momento pasé de soportarte a fantasear de más contigo. Soy un misterio y no pretendo que me entiendas cuando ni siquiera yo, en todos mis años de vida, lo he logrado.

Vivo atrapada en ese momento. Ahí, contigo, a mitad de un beso que nunca fue. Aterrada, deseando que tu mano nunca se apartara de la mía. Deseando que la valentía le ganara la batalla a mis ganas de salir corriendo.

Solo puedo pensar en tu sonrisa imperfecta pero encantadora, en tus canas a los 25 y en tu espalda amplia. Solo puedo pensar en ti, en mí y en lo que no fuimos ni podremos ser.

No puedo pensar en nosotros sin que los suspiros reemplacen mis palabras. Y yo, que me había acostumbrado a controlar todo no supe qué hacer cuando me miraste. No supe qué hacer con estas ganas que tengo de volvernos posible.

Por eso cada que puedo me refugio en ese momento eterno. Ese que me hace creer que no somos una locura, que tú eres completamente libre y que yo ya no tengo miedo. Porque es más fácil perderme en ese instante que aceptar que nunca tuve un espacio en tus días. 


Llámame cobarde o fatalista pero prefiero mil veces dejarnos ir ahora que estrellarme con la realidad de no saberte mío nunca.

Ahora ya sé lo que se siente perderte sin siquiera haberte tenido.
Esta es mi versión, la imposible, la trágica. Tan solo una parte de esta historia triste que me empeño en recordar con una sonrisa. Ojalá supiera la tuya.

Me prestaron esta historia para escribirla porque los sentimientos también pueden ser palabras. La siguiente puede ser la tuya. ¡Escribe!

@MassielVargasP


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