No supe qué responder. En mi mente no cabía la posibilidad de enumerar todo lo que eres, todo eso que me hizo elegirte.
Hoy puedo decir que son tus ojos y lo bonito que me miran. Tus labios y la forma en la que me hablan sin necesidad de palabras.
Tu manera tan real de amar, de sentir, de vivir. Tu boca, como suena mi nombre en tu voz. Que hayas desnudado cada parte de mí sin necesidad de quitarme la ropa.
Tu instinto. Porque para encontrarme no tuviste que ver el mapa... solo seguiste tu corazón.
Tus manos y lo segura que me siento cuando me abrazas. Nuestras conversaciones y risas juntos, que podrían durar horas, meses, quizás años.
La sonrisa que me regalas e ilumina tu rostro cada vez que nos vemos. Nuestros abrazos eternos. Cuando te pones analítico y me explicas hasta la cosa más sencilla.
Que me digas “Te amo” y se sienta tan natural escucharlo. Tus historias, las locuras que se te ocurren solo a ti. Tus manos en mi cara, en mi cabello, en mis caderas.
Tus poemas, todos. Tus consejos, que quieras verme plena y llena de sueños. Tu risa. Los suspiros que se te escapan al teléfono y que me hacen sentir que estás cerca.
Te re-conocí. Eras tú todo este tiempo y ni siquiera me di tiempo de notarlo. Eras tú y la verdad es que no quiero irme de este mundo sin hacerte posible.
Lo sabes mejor que nadie, a tu lado soy mi mejor versión. Que supiste tocarme sin mover un dedo. Que no necesito un millón de palabras ni frases rebuscadas para hacerte entender lo que me gusta de ti.
@MassielVargasP
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