Amor, no me dejes
pensar en el destiempo,
no me digas que el ayer hizo trizas
el futuro que te quiero regalar
el futuro que te quiero regalar
y el presente que
planeo concederte,
porque prefiero el
silencio a tus dudas.
No menciones que como de costumbre, he llegado tarde.
que otra vez el amor se ha convertido en tren y ha partido sin mí,
que somos solo posibles en mi cabeza,
en todos esos recuerdos que -todavía- no creamos.
No me consueles
diciendo que "un día"
podremos ser primavera juntos,
podremos ser primavera juntos,
que no importa si
afuera es invierno,
que yo valgo toda una vida y que vas a esperar.
que yo valgo toda una vida y que vas a esperar.
Porque esperar no es
promesa, esperar es calvario y dolor.
Esperar sabe a derrota y tú no eres de esos
que se rinden tan fácil.
No me digas que solo habitaré en tu memoria,
que tendré que
conformarme con ser sueño y no realidad.
Que como tantas otras
veces la poesía se quedó en palabras,
que nunca de los nunca
fue verdad,
que tú nunca exististe
y mi imaginación te inventó a sus anchas.
No, no me pidas perdón
por amar
por quererme más de lo
que yo pude,
no te marches ahora,
también
no te marches sin
siquiera saber
que contigo me quiero
quedar.
No te marches amor, por
favor
no te marches ahora,
también.
Este es un intento de poema, como para volver a los inicios.
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