La primera vez que te tuve frente a mí no pude adivinar lo importante que serías. La primera vez no siempre te das cuenta de lo que te hace bien.
Esa primera vez que te leí supe que ya no volvería a ser la
misma. Esa primera vez que me abriste tu alma y me confiaste tus secretos, supe
que los guardaría para siempre. Esa primera vez que dijiste que me querías no
lo creí, todavía me parece irreal que sea así.
Y aquí estoy, preguntándome por qué te estoy escribiendo si "lo nuestro" terminó aún antes de empezar. Si honestamente esta historia nunca
tuvo un presente ni mucho menos futuro. Si yo sé perfectamente que lo que diga
o haga ahora, sobra. Yo sé que está mal seguir pensando en ti y en la primera
vez que te dejé entrar a mi vida.
Nosotros no tenemos derecho a nada. Nunca tuvimos ni
tendremos licencia para querernos de esta forma, eso está claro. Ojalá la
primera vez hubiera sido distinta, ojalá que nuestro tiempo no hubiera caducado
tan pronto.
Te lo digo honestamente, hubiera deseado que todas mis
primeras veces fueran tuyas. Pero no es así, no queda espacio en el pensamiento
para ese “hubiera” disfrazado de locura. No queda espacio para un "nosotros" ni
para estas palabras.
Me duele que el destino me haya engañado así, que me haya
guiado hasta a ti sabiendo que nunca podremos ser. Quizás nuestra primera vez
está condenada a ser la última. Quizás lo que sentimos siempre quedará en
palabras. Quizás nunca estuvimos listos para algo tan grande.
Y es irónico que estas líneas tengan sabor a despedida
cuando lo que menos quiero es decirte adiós. Pero la vida es así y lo que
sucede siempre es lo mejor.
Te digo adiós como tantas otras veces, pero por primera vez
siento que no hay vuelta atrás. Por primera vez, me despido con la certeza de
que nunca te irás de mí.
@MassielVargasP
Qué bella.
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