Trato
de pensar en el preciso instante en el que me enamoré de ti. No lo
recuerdo. No sabría recrear nuestra historia, no sabría ponerle principio y fin a vivencias que están dotadas de eternidad.
No sé cuándo ni como supe que eras el indicado, pero lo eres. No
recuerdo el momento en el que entendí que tu mirada es el único lugar en
el que quiero vivir.
A veces se me hace tan difícil retroceder los recuerdos. Tal vez no
recuerdo fechas, pero sí momentos, sonrisas, besos, peleas, caricias,
palabras, detalles.
Te recuerdo a ti y es suficiente.
Te recuerdo a ti y a tu sonrisa que lo mejora todo. Recuerdo nuestras
manos entrelazadas cuando hay miedo, frío, silencios que dicen más que palabras.
Recuerdo que me miras y me pierdo. Recuerdo que me miras y me encuentro.
Recuerdo tus palabras, recuerdo lo que dices y lo que no. Recuerdo que
me amas, recuerdo que jamás fui tan dichosa.
Recuerdo que mi piel ha sido el lienzo de tus besos. Recuerdo que te amo
y con eso basta. Recuerdo que nunca fue tan necesario hacer feliz a
alguien.
Te recuerdo, no importan los días, los meses, los años. Te recuerdo mi
amor.
Eres y siempre serás tú, y yo estaré recordándote, hasta que ya no
recuerde más... hasta que lo único que quede en mi mente sea lo mucho
que te amo.
Massiel Vargas
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