Hoy me permito ser la misma que te amó. Hoy soy la misma, la “de antes”; la persona que aprendí a ser por ti. Hoy recordé a la lluvia, nuestra fiel cómplice; la que siempre se las ingeniaba para aparecer cuando estabamos juntos.
Hoy reconozco que he cometido
errores, pero el peor de todos fue dejarte ir Hoy eres la excusa perfecta para
creer en las segundas oportunidades. Hoy, estoy convencida de que no habrá alguien
por el que pueda sentir tanto, alguien que me dé tanto.
Quizás sea el momento de
reconocer que fracasé en mi intento de olvidarte. Que conocí a otros, sí. Que
me esforcé por entregarme completamente. Que me mentí a mí misma y a todos. Que
por primera vez pensé en mí. Pero en todo eso fallé, se me olvidó que mi mayor
motivación para lograr lo que quiero está parada justo frente a mí.
Esa persona tiene tu rostro, tu
sonrisa, tus hoyuelos. Esa persona me devolvió la fe, esa persona tiene todo lo
que un día anhelé. Esa persona es la que miras en el espejo cada día.
Tú, siempre fuiste tú. Con otro
cuerpo, con otras caras, con otras miradas. Pero al final de cuentas, lo
importante es que llegaste y lo único que te define es la palabra
amor.
Hoy eres magia y realidad; fortaleza y fragilidad a la vez.
Eres sueños y motivos. Eres presente y futuro, lo eres todo. Eres cielo y
suelo. Eres las alas que me llevan a recorrer el mundo. Eres el insomnio en las
noches y la risa de mañana.
Eres la historia que estoy
condenada a repetir. Eres adicción y cura. Eres calma y locura.Eres la mezcla perfecta entre pasión y ternura. Eres tanto que a tu lado, todo sobra.
Massiel Vargas
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