viernes, 22 de noviembre de 2013

Insomnio

Me rehuso a cerrar mis ojos si no eres lo último que veo en las noches.

No imaginas lo difícil que es acostumbrarme a tenerte tan lejos, a quererte, sí, igual que antes pero con la duda de si tú también a mí.

Con cada parpadeo siento rodar una lágrima en mi mejilla, una lágrima que tiene tu nombre y que sólo tú puedes secar. 

Es irónico que hoy no pueda dormir, si antes la misma persona me hacía soñar. En la oscuridad tengo que admitir que odio el hecho de amarte más que a todo, incluso en ocasiones más que a mí. 
Es absurdo que te quiera aquí, ahora, si probablemente no te interese volver. 

Mi insomnio tiene nombre y apellido, también tiene cura... tal vez estoy condenada a mantenerme despierta pensando en ti. Tus recuerdos son mi fuerza y a la vez, me destruyen porque ahora estás muy lejos... sin saber que yo te amo igual que antes, igual que siempre.

Y si cierro mis ojos algún día, será por la ilusión de que aparezcas en mis sueños, que calmes esta angustia con tus besos y me devuelvas la paz que te llevaste. 

No sé si sea prudente recordarte, no sé si esté bien imaginar constantemente tu regreso, no sé ni siquiera quién soy... no me reconocería ni aunque me viera reflejada en tus ojos.
No tengo tiempo ni ganas de dormir, uso la noche como manto para cubrir mis miedos. Yo necesito que lo entiendas, es justo que sepas que aún te amo. 

Te amo en la soledad, te amo con esperanza de que un día reencontremos nuestro amor.

Nuestra felicidad nos espera... dame la cura para este insomnio que me dejó tu partida. Dame la fuerza para amarte con cada respiro. Dame motivos. Dame la certeza de que pronto voy a estar contigo.

Massiel Vargas (@MassielVargasP)

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