No me salen las palabras. Cada vez que te pienso me quedo en
blanco, como si ninguna línea te hiciera justicia.
Ni siquiera puedo pensar en
una frase decente para describir(te), o quizás estoy fallando en el intento de
llenarte de adjetivos mientras recupero el aliento.
Pero no siempre fue así. Antes me empeñaba en mostrarle al
mundo quién eras y qué significabas para mí.
Hoy, no me importa el mundo, sólo
importas tú. Tú y esa manera tan mágica de mirarme, como si (yo) fuera lo más
extraordinario que han visto tus ojos.
Aún hoy, pienso que encontrarme en ti fue más fácil que
buscar(me) en un mapa. Porque tu piel es el único camino que quiero recorrer.
Quizás esté exagerando, pero por más que lo intente no logro
definirte. Ni todas las palabras del mundo son suficientes para ponerle un nombre
a lo que siento; y creo que llamarlo “amor” es caer en el cliché.
¿Cuántas veces has sentido que perteneces a un lugar? Pocas,
o más bien ninguna. Que no necesitas deshacerte en acciones para demostrar
algo- Que sólo basta con sentir, sentir y repetirte sin descanso que todo está
bien.
Podría decir que me intrigas, que te has convertido en un
vicio cada vez más constante. Casi un hábito, como si nos hubiéramos cruzado en
otras vidas y también como si me faltaras.
El problema es que tus ojos me gustan para mirarlos siempre.
El problema sigue siendo que quererte se está volviendo adictivo; y eso me
aterra.
Porque no quiero lanzarme al precipicio sin tener la certeza de que vas
a atraparme… porque el que me veas completamente rota dolería mucho más que a idea de romperme en sí.
@MassielVargasP
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