Silencio. Ya
ninguno de los dos se atreve a decir nada, nuestras acciones ya lo han dicho
todo. No queda nada más qué hablar, dejamos escapar poco a poco el amor y ya no
queda rastro de todo eso que decíamos sentir.
Ya no puedo
decir que te amo, que estoy dispuesta a enfrentar al mundo entero si voy de tu
mano. Ya no me siento capaz de mirarte a los ojos, ya no son los mismos que me
contemplaban con amor.
Ya no soy la
misma de la que te enamoraste sin buscarlo, ya no soy tu escape ni tu tabla de
salvación. Ya no me quedan lágrimas, ya no me queda vida y mucho menos ganas
para esperarte.
Ya entendí
que me condenaste a vivir en las sombras y que no puedo pedirte más que
momentos efímeros de felicidad. Yo no pude burlar tu soledad ni tu egoísmo, sencillamente
no fui suficiente y lo acepto con la cara en alto.
Te quise
tanto y de tantas formas distintas que ni yo misma conté los años. No me
atrevía a pedirte más, me conformé poco a poco con instantes de cariño, con un
amor a cuenta gotas que se quedó varado en el destiempo.
Y no quiero
ser esa se mira en el espejo ahora. No quiero ser un recuerdo borroso de lo que
pudo haber sido y que jamás será. No quiero ser ese capítulo inconcluso que
retomas cuando te aburres de la rutina.
Me niego a
regalarte algo tan profundo como lo que siento cuando te miro. Me niego a
compartirte si yo sé muy bien que me merezco un todo. Me niego a seguir
queriéndote más allá de las circunstancias que no separan.
No quiero
tener que verte caminar con otra pero prefiero eso a seguir pisoteando mi
dignidad con la esperanza de que un día te despiertes y recuerdes de pronto,
que soy importante.
No quiero
sentir que soy solo un premio de consolación, que soy un reto que nunca pudiste
cumplir. No quiero fingir que no me duele este silencio, que no me pesan tus
desplantes, que no me importa esta distancia.
No quiero
besar esos labios que han dicho tanto y hecho tan poco. Esos labios que han
puesto tantas excusas y nunca se han atrevido a prometerme un mañana. Porque
nunca existió un mañana, ¿verdad? Nunca una opción se convertirá en prioridad.
No quiero
tener que tocar fondo para tomar una decisión. Porque decirte adiós es lo más
difícil y certero que haré en mi vida. Porque aunque no quiera, debo ser más fuerte
que el miedo a perderte.
Te diste
cuenta tarde que el silencio fue cavando poco a poco la tumba de un amor que no
tuvo futuro. Te diste cuenta tarde que el juego iba más en serio de lo que tú
creías. Te diste cuenta tarde... y ya mi corazón no te pertenecía.
@MassielVargasP
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