sábado, 19 de septiembre de 2015

Renuncié

Esta no es una de las muchas cartas que te hice y que nunca entregué. Tampoco se trata de una despedida, porque en cierta forma creo que nunca podría decirte adiós.


Otra vez has inspirado estas líneas, quizás sin querer. Otra vez te escribo porque las palabras se me dan solas cuando se trata de ti.

Estas líneas no son la continuación de nuestra historia, son solo un punto final que me tardé mucho en colocar. No sé cómo sentirme ahora, ahora que entendí que no eres para mí.


No eres para mí porque jamás quisiste serlo. No eres para mí porque para estar con alguien tienes que entregarte por completo. No lo eres, porque esta vida es demasiado corta como para dudar de lo que dices sentir.


Acepté al fin que no puedo cambiar lo que siento por ti. No puedo ni quiero lamentarme toda la vida, cuando sé perfectamente que la que fallé no fui yo. 


Esta es la última vez que te escribo. Sí, aunque jamás supiste leerme… aunque nunca te tomaste la molestia de ser sincero conmigo.


Esta es mi carta de renuncia. Tal vez llegó muy tarde, tal vez debí escribirla desde el mismo momento en el que comprobé que jamás sentiste nada por mí.


Renuncié a causar una sonrisa que nunca fue mía. Renuncié a entregarme a alguien que solo me dio mentiras y dudas. Renuncié a mendigar amor porque sé que merezco mucho más que sobras. 


Renuncié a mirarte como lo hacía, no te merecías una mirada tan sincera, una mirada que siempre te perteneció. Renuncié a tus besos y a un cariño que me hacía daño.


Renuncié a ser parte de tu indecisión, a dejarme llevar por un sentimiento que no tenía futuro. Renuncié a sentirme en las nubes por ti, para luego tener que sufrir la peor de las caídas.


Renuncié y si quieres una razón, lo hice por el amor más profundo que he llegado a sentir. Por amor a mí, a mis sueños, al deseo que tengo de encontrar a alguien que verdaderamente pueda quererme solo a mí.


Renuncié porque soy demasiado egoísta como para compartirte con nadie. Renuncié porque mi felicidad está por encima de esa sonrisa que me cautivó desde el primer momento.


Renuncié y ya no puedo más. No me siento capaz de esperar que un día te decidas por mí, a esperar que te des cuenta de lo feliz que podrías ser a mi lado.


Me duele mucho renunciar a ti. Me duele porque yo sí te quiero de verdad, porque de vez en cuando recuerdo nuestras conversaciones, porque tú me mostraste que podía volver a sentir.


Renuncio porque ya no estoy a gusto aquí, porque prefiero dejarte ir que tenerte a medias. Porque cuando quiero a alguien lo hago completamente y no existe nadie más.


Renuncio y lo hago queriéndote más que nunca. Me despido de ti y de estas ganas inmensas que tengo de hacerte feliz. Me despido deseando que encuentres una persona que te haga creer nuevamente… por la que sí te arriesgues. 


Me despido sabiendo que di todo de mí para verte bien, y me quedo con la sensación de que algunas historias no deben ser escritas, precisamente porque se necesitan dos manos para darles un final feliz.


@MassielVargasP

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